martes, 14 de febrero de 2012

DIALOGO DE JESUS, CON EL ALMA PECADORA

- Jesús: No tengas miedo, alma pecadora, de tu Salvador; Yo soy el primero en acercarme a ti, porque sé que por ti misma no eres capaz de ascender hacia Mi. No huyas, hija, de tu Padre; desea hablar a solas con tu Dios de la Misericordia que quiere decirte personalmente las palabras de perdon y colmarte de Sus gracias. Oh, cuánto Me es querida tu alma. Te he asentado en Mis brazos. Y te has grabado como una profunda herida en Mi Corazón.



- El alma: Señor, oigo Tu voz que me llama a abandonar el mal camino, pero no tengo ni valor ni fuerza.



- Jesús: Yo soy tu fuerza, Yo te daré fuerza para luchar.


- El alma: Señor, conozco Tu santidad y tengo miedo de Ti.

- Jesús: ¿Por qué tienes miedo, hija Mia, del Dios de la Misericordia? Mi santidad (80) no Me impide ser misericordioso contigo. Mira, alma, por ti he instituido el trono de la misericordia en la tierra y este trono es el tabernáculo y de este trono de la misericordia deseo bajar a tu corazón. Mira, no Me he rodeado ni de séquito ni de guardias, tienes el acceso a Mi en cualquier momento, a cualquier hora del dia deseo hablar contigo y deseo concederte gracias.

- El alma: Señor, temo que no me perdones un numero tan grande de pecados; mi miseria me llena de temor.


- Jesús: Mi misericordia es mas grande que tu miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido Mi bondad? Por ti bajé del cielo a la tierra, por ti dejé clavarme en la cruz, por ti permití que Mi Sagrado Corazón fuera abierto por una lanza, y abri la Fuente de la Misericordia para ti. Ven y tomas las gracias de esta fuente con el recipiente de la confianza. Jamás rechazaré un corazón arrepentido, tu miseria se ha hundido en el abismo de Mi misericordia. ¿Por qué habrias de disputar Conmigo sobre tu miseria? Hazme el favor, dame todas tus penas y toda tu miseria y Yo te colmaré de los tesoros de Mis gracias.


– El alma: Con tu bondad has vencido, oh Señor, mi corazón de piedra; heme aquí acercandome con confianza y humildad al tribunal de Tu misericordia, absuelveme Tu Mismo por la mano de Tu representante. Oh Señor, siento que la gracia y la paz han fluido a mi pobre alma. Siento que Tu misericordia, Señor, ha penetrado mi alma en su totalidad. Me has perdonando mas de cuanto yo me atrevia esperar o mas de cuanto era capaz de imaginar. Tu bondad ha superado todos mis deseos. Y ahora Te invito a mi corazón, llena de gratitud por tantas gracias. Había errado por el mal camino como el hijo prodigo, pero Tu no dejaste de ser mi Padre. Multiplica en mi Tu misericordia, porque ves lo debil que soy.


-Jesus: Hija, no hables mas de tu miseria, porque Yo ya no Me acuerdo de ella. Escucha, nina Mia, lo que deseo decirte: estrechate a Mis heridas y saca de la fuente de la vida todo lo que tu corazón pueda desear. Bebe copiosamente de la fuente de la vida y no pararas durante el viaje. Mira el resplandor de Mi misericordia y no temas a los enemigos de tu salvacion. Glorifica Mi misericordia.


DIARIO DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA

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