jueves, 8 de marzo de 2012

LA PURIFICACION A TRAVES DE LA ENFERMEDAD Y EL DOLOR

EXTRAIDO DEL DIARIO DE SANTA FAUSTINA.


Una vez fui llamada al juicio de Dios. Me presenté delante del Señor, a solas. Jesús se veía como durante la Pasión. Después de un momento, estas heridas desaparecieron y quedaron sólo cinco: en las manos, en los pies y en el costado. Inmediatamente vi. todo el estado de mi alma tal y como Dios la ve. Vi claramente todo lo que no agrada a Dios. No sabía que hay que rendir cuentas ante el Señor, incluso de las faltas más pequeñas. ¡Que momento! ¿Quién podrá describirlo?.


Presentarse delante del tres veces Santo, Jesús me preguntó: ¿Quién eres? Contesté: Soy Tu sierva, Señor. Tienes la deuda de un día de fuego en el Purgatorio. Quise arrojarme inmediatamente a las llamas del fuego del Purgatorio, pero Jesús me detuvo y dijo: ¿Qué prefieres, sufrir ahora durante un día o durante un breve tiempo en la tierra? Contesté: Jesús, quiero sufrir en el Purgatorio y quiero sufrir en la tierra los más grandes tormentos aunque sea hasta el fin del mundo. Jesús dijo: Es suficiente una cosa. Bajarás a la tierra y sufrirás mucho, pero durante poco tiempo y cumplirás Mi voluntad y Mis deseos. Un fiel siervo Mío te ayudará a cumplirla.


Ahora, pon la cabeza sobre Mi pecho, sobre Mi Corazón y de él toma fuerza y fortaleza para todos los sufrimientos, porque no encontrarás alivio ni ayuda ni consuelo en ninguna otra parte. Debes saber, que vas a sufrir mucho, mucho, pero que esto no te asuste. Yo estoy contigo.

Poco después de ese [suceso] me enfermé. Las dolencias físicas fueron para mí una escuela de paciencia. Sólo Jesús sabe cuantos esfuerzos de voluntad tuve que hacer para cumplir los deberes.


Jesús, cuando quiere purificar un alma, utiliza los instrumentos que Él quiere. Mi alma se siente completamente abandonada por las criaturas. A veces la intención más pura es interpretada mal por las hermanas [45]. Este sufrimiento es muy doloroso, pero Dios lo admite y hay que aceptarlo, ya que a través de ellos nos hacemos más semejantes a Jesús.

martes, 14 de febrero de 2012

DIALOGO DE JESUS, CON EL ALMA PECADORA

- Jesús: No tengas miedo, alma pecadora, de tu Salvador; Yo soy el primero en acercarme a ti, porque sé que por ti misma no eres capaz de ascender hacia Mi. No huyas, hija, de tu Padre; desea hablar a solas con tu Dios de la Misericordia que quiere decirte personalmente las palabras de perdon y colmarte de Sus gracias. Oh, cuánto Me es querida tu alma. Te he asentado en Mis brazos. Y te has grabado como una profunda herida en Mi Corazón.



- El alma: Señor, oigo Tu voz que me llama a abandonar el mal camino, pero no tengo ni valor ni fuerza.



- Jesús: Yo soy tu fuerza, Yo te daré fuerza para luchar.


- El alma: Señor, conozco Tu santidad y tengo miedo de Ti.

- Jesús: ¿Por qué tienes miedo, hija Mia, del Dios de la Misericordia? Mi santidad (80) no Me impide ser misericordioso contigo. Mira, alma, por ti he instituido el trono de la misericordia en la tierra y este trono es el tabernáculo y de este trono de la misericordia deseo bajar a tu corazón. Mira, no Me he rodeado ni de séquito ni de guardias, tienes el acceso a Mi en cualquier momento, a cualquier hora del dia deseo hablar contigo y deseo concederte gracias.

- El alma: Señor, temo que no me perdones un numero tan grande de pecados; mi miseria me llena de temor.


- Jesús: Mi misericordia es mas grande que tu miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido Mi bondad? Por ti bajé del cielo a la tierra, por ti dejé clavarme en la cruz, por ti permití que Mi Sagrado Corazón fuera abierto por una lanza, y abri la Fuente de la Misericordia para ti. Ven y tomas las gracias de esta fuente con el recipiente de la confianza. Jamás rechazaré un corazón arrepentido, tu miseria se ha hundido en el abismo de Mi misericordia. ¿Por qué habrias de disputar Conmigo sobre tu miseria? Hazme el favor, dame todas tus penas y toda tu miseria y Yo te colmaré de los tesoros de Mis gracias.


– El alma: Con tu bondad has vencido, oh Señor, mi corazón de piedra; heme aquí acercandome con confianza y humildad al tribunal de Tu misericordia, absuelveme Tu Mismo por la mano de Tu representante. Oh Señor, siento que la gracia y la paz han fluido a mi pobre alma. Siento que Tu misericordia, Señor, ha penetrado mi alma en su totalidad. Me has perdonando mas de cuanto yo me atrevia esperar o mas de cuanto era capaz de imaginar. Tu bondad ha superado todos mis deseos. Y ahora Te invito a mi corazón, llena de gratitud por tantas gracias. Había errado por el mal camino como el hijo prodigo, pero Tu no dejaste de ser mi Padre. Multiplica en mi Tu misericordia, porque ves lo debil que soy.


-Jesus: Hija, no hables mas de tu miseria, porque Yo ya no Me acuerdo de ella. Escucha, nina Mia, lo que deseo decirte: estrechate a Mis heridas y saca de la fuente de la vida todo lo que tu corazón pueda desear. Bebe copiosamente de la fuente de la vida y no pararas durante el viaje. Mira el resplandor de Mi misericordia y no temas a los enemigos de tu salvacion. Glorifica Mi misericordia.


DIARIO DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA

martes, 31 de enero de 2012

sábado, 21 de enero de 2012